¿Qué es la magia blanca?
¿Crees en la magia? La gran mayoría de la gente no cree, aun a pesar de que la ven todos los días. Seguro que a lo largo de tu vida has vivido experiencias increíbles a las que has llamado casualidades, pero es muy posible que sea algo más.
En la Biblia está escrito que todos estamos hechos a imagen a imagen y semejanza de Dios; cómo él tiene poderes mágicos, es muy posible que una parte de esa magia esté en nosotros, aunque no sabemos ni cómo usarla, ni desarrollarla, ni aplicarla para hacer el bien.
La magia blanca es aquella que los videntes describen cómo “magia buena”, el contrario de la magia negra.
Hay variedad de opiniones que indican porque puede ser buena o mana: algunos expertos aseguran que la magia blanca mana directamente de la fuente que utiliza Dios, aquella que proporciona prosperidad, desarrollo mental y físico, integridad y una férrea conexión con el espíritu.
¿Qué comprende la magia blanca?
La magia blanca abarca una sucesión de rituales que persigue controlar las características de los espíritus universales, pudiéndonos comunicar con entes sobrenaturales, con diferentes fuerzas que no podemos controlar, y que tienen poder sobre las leyes naturales. Incluye hechizos de muchos tipos; pueden mejora las cosechas, mantener la salud, funcionar cómo recursos curativos, repeler la mala suerte y enfermedades (en forma de amuletos protectores y talismanes), entre otros muchos usos.
¿Cómo se puede invocar a la magia blanca?
Debe de existir un mago que se encargue de llevar a cabo el hechizo. El objetivo del mango es conseguir que una determinada entidad revele sus poderes y sus signos. Sin embargo, esta evocación lleva muchos riesgos, ya que cuando se hace es posible que se atraiga a otros espíritus, y que no todos ellos sean buenos.
El mago debe de ser muy preciso a la hora de reclamar sus objetivos; es muy raro conseguir lo que se busca en ese momento, si no que el ritual se debe de repetir continuamente en el tiempo para obtenerlo.
Si quieres practicar la magia blanca, ten mucho cuidado, ya que no es siempre tan buena cómo dicen.