¿Cómo funcionan los hechizos?
Los hechizos son una combinación de acciones y palabras que se nutren de las energías que nos rodean para conseguir diferentes objetivos.
Cada hechizo tiene un determinado efecto y, dependiendo del tipo de magia que se utilice para crearlo, también puede tener un precio, o efectos secundarios. Por ejemplo, se considera que la magia negra es la que actúa con mayor rapidez, pero, a cambio, es posible que, o bien los resultados no duran demasiado en el tiempo, o bien que sean totalmente diferentes a lo que nos estábamos imaginando.
¿En qué consisten?
La principal particularidad es que son unos encantamientos que se tienen que repetir como si fuera una oración o manta; gracias a ello, ponemos en movimiento diferentes fuerzas de carácter sobrenaturales que no somos capaces de conocer muy bien.
Ayudan a poder despertar a los espíritus y a diferentes fuerzas que se encuentran en otros planos temporales.
Tipos de hechizos más habituales
Hechizos de amor: Son los que más se suelen solicitar. Tienen por objetivo atraer a una persona, recuperar a un amor perdido, fortalecer un amor que ya tenemos…
Hechizos de dinero: Otro tipo de hechizo muy utilizado, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren. Pueden ayudarnos a obtener más dinero, pero, también, a poder organizar y administrar el que ya tenemos para evitar que pueda llegar a desaparecer.
Hechizos de curación: Si tenemos algún tipo de enfermedad, dolor, lesión, o problema de salud específico, podemos utilizar estos de curación para intentar combatir los síntomas, o bien vencer el problema.
Hechizos de fertilidad: Están pensados para todas aquellas personas que han perdido las esperanzas de tener a un bebé. También existen algunos que actúan con efecto protector para proteger a un bebé durante el embarazo.
Estos son tan sólo los más habituales, pero no los únicos.