La videncia, una constante en la historia (videntes de verdad)
En todas las sociedades de todas las épocas se da la presencia de personas con un don para anticipar sucesos futuros. Contra toda lógica en su menta parece dibujarse las líneas generales de los acontecimientos que aún no se han producido.
El modelo que establecen las ciencias naturales de efecto causa se derrumba y el tiempo parece ser tan maleable como un metal sometido a suficiente temperatura. Por otra parte el conocimiento de algo que sucederá en el futuro es tremendamente perturbador para la mente humana. Lo cambia todo.
Estudiar el fenómeno de la videncia
El estudio de este fenómeno de la videncia está asociado a perfiles personales muy marcados. No hay dos videntes iguales. Esa personalización lleva a cada vidente a usar una herramienta que canalice su capacidad. Si por ejemplo puede ver el destino de una persona en los posos del café es esa prueba visual lo que le sirve para anticipar el destino.
No existen ningún mecanismo íntimo común a todos que explique estas capacidades. Si hay una creencia compartida en que no hay nada casual todo tiene una razón de ser.
Son innumerables los testimonios de personas que han sido advertidas de acontecimientos que en poco tiempo se produjeron. Si no fuera por estos casos todo lo incluido en videncia habría desaparecido hace tiempo como un conjunto de palabrería inútil.
La existencia de videntes de verdad sostienen la vigencia del fenómeno
Son estos casos “reales” los que alientan unas prácticas que escapan a toda lógica y que no son analizables con la razón. Muestran nuestra parte más primitiva y ancestral.
Los videntes de verdad más clásico frente a su bola de cristal después de un proceso de concentración llegan a un estado donde experimenta visiones de tipo alucinatorio. Pueden ser escenas irrelevantes pero que contienen una anticipación de lo que está por llegar. El cliente debe darles todo su valor con la información que guarda de su pasado.
El tarot es la herramienta más poderosa para un vidente de verdad. Quien ha nacido con el don para interpretar los arcanos tiene en sus manos el instrumento de mayor alcance para adentrarse en lo desconocido.
