Las erróneas comparaciones con el tarot sí o no certero
En las ciencias ocultas existe siempre la tentación de comprobar su eficacia con métodos derivados de las ciencias naturales. Si el fin es predecir el futuro pues veamos qué resultados da esa pretendida capacidad o don sobrenatural. Es un error pues al establecer los criterios para medir esa idoneidad ya se está devaluando la esencia del esoterismo que le da vida.
La certeza de ser no es la certeza de medir
Las interpretaciones del tarot sí o no certero no pueden reducirse a una dicotomía de verdadero o falso. Para ello hay que hacer una delimitación tan grande de la propia predicción que se pierde en ella toda la capacidad de adelantarse al futuro. Si el tarot es certero o no lo tiene que decir la experiencia de su ejercicio.
Cuando el tarotista experimenta que existe una conexión real entre el presente que vive y la tirada de cartas. Y que en las cartas se expresan las claves más ocultas del momento presente entonces es eso lo que se tiene que valorar. Se trata, pues, de una estimación que se realiza en la conciencia del propio individuo y es poco trasladable a una prueba de cálculo matemático.
Paralelismo con el arte
El mundo paranormal tiene mucho que ver con el arte. De la belleza de comprender la unidad que es anterior al mundo aparente derivan multitud de capacidades poco entendibles por el razonamiento común. Pese a todo funcionan.
Desde la antigüedad más remota ha sido así. Nos hemos alumbrado con las fuentes de conocimiento más inmediatas y que hacían un uso más intenso de la intuición. Hoy ese conocimiento ancestral compite con el adquirido por el pensamiento racional más vigoroso.
Para el estudioso del tarot el espacio de la racionalidad y el de la intuición no son incompatibles. Se complementan y de ambos se debe beneficiar el hombre.
La vida es un camino lleno de luces y sombras. Es necesario contar con todos los medios para hacerlo transitable.